La mejor defensa es un buen ataque. Así lo creen las petroleras Repsol y Cepsa que han emprendido una ofensiva para defender las bondades de los vehículos que utilizan gas -GLP, gas licuado del petróleo en concreto- frente a los coches tradicionales y a los eléctricos. La Asociación Española de Operadores de GLP (AOGLP), en la que se integran las petroleras junto a Disa, Primagas y Vitogas España, va a presentar la próxima semana un informe de la consultora Applus+ con datos que avalan las bondades del gas como combustible de automoción.
El "paso adelante" de las petroleras, según lo describen fuentes conocedoras de sus planes ("ofensiva" según otras fuentes), ha estado precedida de un encuentro entre el presidente de AOGLP, Filipe Henriques (directivo Cepsa), con la ministra de Transición Energética, Teresa Ribera.
Sobre el encuentro, celebrado en la última semana de septiembre, planeaba la advertencia que la ministra Ribera lanzó en una de sus comparecencias en el Congreso: el gas natural puede ser una energía de transición necesaria en el corto plazo, pero tiene fecha de caducidad. la responsable de Transición Ecológica no se refería expresamente al gas como carburante para vehículos, pero dejaba claro que su idea del futuro no casa con los combustibles fósiles.
Nueva ley y criterios verdes
La ofensiva de las petroleras se da en un momento crucial, cuando los técnicos de la transición diseñan el armazón de la nueva Ley de Cambio Climático que, entre otros puntos, incluirá imponer criterios verdes obligatorios en la contratación pública e impulsar una reforma fiscal que avance en la fiscalidad ambiental en España.
El encuentro entre Henriques y Ribera fue bien. Fuentes conocedoras del encuentro señalan que la ministra mostró una buena disposición hacia el uso del gas en el transporte ante un desarrollo del vehículo eléctrico que no acaba de arrancar de acuerdo con los datos de matriculaciones que manejan las petroleras.
Para las petroleras, colocar el gas natural, ya sea el licuado derivado del petróleo (GLP) o el comprimido (GNC), es muy importante. El caso de Cepsa lo demuestra. La petrolera, propiedad del fondo soberano de Abu Dabi, Mubadala, participa en AOGLP, pero también en la asociación "rival" Gasnam que tiene como objetivo "fomentar el uso del gas natural y el gas renovable en la movilidad, tanto terrestre como marítima."
Gasnam tiene como socios, además de Cepsa, a Naturgy, BP y Galp entre otras grandes compañías. El objetivo es común con AOGLP, extender la uso del gas como carburante en el transporte, pero apoyando su materia prima: el gas que se extrae directamente de los yacimientos (GNC) y no el derivado del crudo (GLP).
Las dos asociaciones tratan consolidar posiciones cuando el coche eléctrico aún no ha despegado. AOGLP saca pecho: el GLP es, afirma, el carburante alternativo más utilizado en el mundo, más de 25 millones de vehículos. En Europa, lo usan 15 millones de vehículos y en España, más de 50.000.
El gas, por delante
La petrolera Repsol maneja datos que demuestran cómo el gas ha tomado la delantera a los vehículos eléctricos puros aprovechando que la Dirección General de Tráfico (DGT) ha adjudicado la etiqueta ECO a los vehículos a gas, por lo que están libres de las restricciones de tráfico en las grandes ciudades.
Según cifras de la DGT recogidas por la consultora MSI, las matriculaciones de vehículos de autogás en agosto pasado llegaron a 2.165 vehículos, seis veces más que en agosto de 2017. Las matriculaciones acumuladas en los ocho primeros meses dejan las siguientes cifras según tipo de vehículos "alternativos": 3.930 coches eléctricos puros; 12.084 vehículos de GLP y 4.019 a gas comprimido (GNC).
Para atender las necesidades de carburante, las petroleras surten gas en sus estaciones de servicio. Además, existen "gasineras" exclusivas para surtir a los vehículos que gas comprimido y licuado (ver gráfico). Una red en aumento y rodeada de polémica porque los detractores del gas como carburante destacan que es un combustible fósil y como tal, contamina.